jueves, 26 de abril de 2012

Els personatges de l'Eneida (3)

                                                         NISO Y EURÍALO

Virgilio describe a Euríalo como “Euryalus, quo pulchrior alter non fuit Aeneadum”, es decir, “Euríalo, más hermoso que el cual no hubo ninguno entre los hombres de Eneas”. 
Euríalo es un joven soldado de belleza destacable que se enamorará de Niso, que era mayor que él y que había luchado en más batallas demostrando su valor y entereza.
En el libro IX de la Eneida, versos 168 y s., se narra la historia entre Euríalo y Niso.
Estando Eneas ausente del campamento troyano en busca de alianzas para combatir contra Turno ya que lo quiere expulsar del Lacio, Turno aprovecha su falta para sitiar el campamento. Es entonces cuando los dos jóvenes, Euríalo y Niso están dispuestos a arriesgar su vida para llevar recado a Eneas y así regrese a combatir. Niso, movido por el deseo de la gloria de emprender una acción ilustre que le dé un sentido heroico a su vida, le revela a Euríalo su plan de atravesar las líneas del campamento de los enemigos, dado que éstos, borrachos y dormidos, habían bajado la guardia. El joven y bello Euríalo le dice que no lo dejará ir solo, sino que lo acompañará compartiendo los peligros con él. Niso trata de convencer a su amigo de que no le acompañe, pues teme que muera por su culpa. Sin embargo la juventud no conoce el miedo y sigue a su compañero y amado.
Los dos consiguen llegar al campamento enemigo, y matan a cuantos se interponen en su camino. A punto estaban de dejar el campamento habiendo luchado durante toda la noche y casi conseguido su propósito, cuando tras haber robado un botín y adquiriendo la categoría de héroes un reflejo de un casco despierta y avisa a nuevos enemigos, entre ellos, Volcente, un aguerrido soldado que amenaza con matar a Euríalo.
Niso que había conseguido escapar se da cuenta de que su compañero no le sigue y presencia la tremenda escena de difícil desenlace.
Niso, entonces, sale de la maleza donde se ocultaba y grita: “Matadme a mí en vez de a él. El muchacho no tiene la culpa. Yo lo he arrastrado hasta aquí. El único delito de Euríalo es haber querido demasiado a su amigo infeliz.” 
La espada de Volcente no duda a la hora de encontrar su objetivo: se clava traspasando las costillas del blanco pecho adolescente de Euríalo. 

“Va hacia la muerte Euríalo, y por sus miembros hermosos
corre la sangre, y su cuello se rinde, vencido, en el hombro.”


Talia dicta dabat, sed viribus ensis adactus
transadigit costas et candida pectora rumpit.
Volvitur Euryalus leto, pulchrosque per artus
it cruor inque umeros cervix conlapsa recumbit.

Virgilio ( Eneida  IX, 431-434)



Niso, fuera de sí,en venganza mata a Volcente hundiéndole la espada en la boca. Herido él mismo de muerte, se arroja encima del cuerpo exánime de su enamorado y se deja morir hallando por fin la paz en una plácida muerte.
De la muerte de estos guerreros, dice Virgilio, que ambos son muy afortunados (“Fortunati ambo!”), ambos son héroes hoy y tuvieron la suerte de alcanzar la gloria de la muerte uno sobre el otro pasando a formar parte de la historia de Roma y de la literatura clásica.




Jean-Baptiste Roman (1792-1835)



La Amistad

No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes
actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para
crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.


Fragmento del poema de La Amistad de Jorge Luis Borges






AMISTAD

Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya su fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.

El amigo sincero es el hermano
claro y elemental como la espiga,
como el pan, como el sol, como la hormiga
que confunde la miel con el verano.

Grande riqueza, dulce compañía
es la del ser que llega con el día
y aclara nuestras noches interiores.

Fuente de convivencia, de ternura,
es la amistad que crece y se madura
en medio de alegrías y dolores.


                                              Carlos Castro Saavedra



Elisabeth Ordóñez 2º Bach. Curso 2011-12

No hay comentarios:

Publicar un comentario