Laocoonte era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya. Estaba casado con Antiopa y tenía dos hijos. Según Virgilio en la Eneida, cuando los griegos simularon la huida, dejaron como obsequio de dicha rendición un gran caballo de madera en el que en realidad, en su vientre, se escondían éstos para asaltar Troya.
Los troyanos deciden acudir al sacerdote para consultarle qué deberían hacer con él, y éste pronuncia la famosa frase: "Timeo Danaos et dona ferentes" ("desconfío de los dánaos – los griegos – incluso cuando traen regalos"), advirtiendo así que puede que el maravilloso obsequio en realidad fuera una trampa. De hecho, pidió que lo quemaran, pero no le hicieron caso.
Entonces surgieron del mar dos enormes serpientes, Caribea y Porce, las cuales devoran a sus hijos. Angustiado, se lanza a salvar a sus hijos y también es devorado.
Hay varias teorías acerca de la causa del castigo ejemplar que sufrió Laocoonte. Algunas fuentes indican que fue por haber puesto en duda el obsequio de una deidad (ya que se supone que el caballo era un obsequio de Atenea) y por esa razón nadie confió en la advertencia de Laocoonte. Otras lenguas dicen que fue castigado por Apolo al haber roto la tradición de no casarse ni tener hijos.
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| Laocoonte y sus hijos |
La escultura de Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas muestra el sufrimiento y el terror por parte de los hijos y el sufrimiento por la impotencia de no poder salvarlos.
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| El Greco (1541-1614) |
Cristina Holguín Campos 2º Bach. Curso 2011-12
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