domingo, 22 de mayo de 2011

Faetont

El mite de Faetont ha estat motiu inspirador molt sovint d'obres pictòriques, literàries, musicals. A  l'Edat Mitjana inspirà el següent romanç:

Faetón le ruega a Febo,
como hijo regalado,
que le dé el carro del Sol,
cual se lo tiene mandado.
El padre, como le quiere
en muy excesivo grado,
dícele entrañablemente
con un recelo celado:
"el don, hijo, no te niego
pues de dártelo he jurado,
pero conviene que sepas
que el cargo que has demandado
es peligroso y muy fuerte
por no ser tú experimentado;
pídeme otro don, mi hijo,
que no te será negado".
"Ése quiero, padre Febo,
aquese que me habéis dado."
Viendo Febo a Faetón
estar tan determinado,
los caballos rubios, blancos,
antes del día ha enfrenado
y uncidos con el carro
a Faetón aposentado
diole su corona y cetro,
y de nuevo le ha avisado
de tener recio las riendas
que tenga especial cuidado
y  que los caballos deje
ir por su camino usado.
"Mira que si subes más
de lo que es acostumbrado,
hijo, quemarás el Cielo
y si bajas demasiado,
puedes abrasar la tierra,
lo que en ella está sembrado.
Ve, hijo, empieza tu vía
que la Aurora ya ha asomado."
Como el carro iba ligero,
de saber poco enseñado,
fue apartado del camino
y en un punto trastornado,
la gobernación perdida,
Faetón muerto y quemado.
En esto que habéis oído
el hijo y el padre han errado:
el padre en el prometer
y sujetarse de grado,
el hijo por codicioso
en adquirir nuevo estado,
no siendo para mandar,
sino para ser mandado.


Com va dir amb saviesa Ciceró a De Senectute 6, 20: Temeritas est florentis aetatis, prudentia senescentis.

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